(cc 2021) Rocío Cumplido
Mi hermano pequeño el gigante.
Espero hasta que los ronquidos de mi abuela
despiertan al gato, para escaparme por la ventana de mi cuarto.
— ¿Dónde estará?— pienso mientras bajo ayudado por
las enormes sabanas de la cuna de Ben. — Espero que no se rompan y me dejen
caer.
Y al llegar al suelo, es cuando la veo. Una carta
de póker atrapada en una grieta de la pared.
— ¡Eso es!— exclamo al montar en mi bici.
Pedaleo a toda velocidad sin tocar los frenos, ni
mirar atrás y cuando paso el viejo puente de hierro es cuando lo veo. “El inesperado circo de Zazel.”
— Ben debe estar ahí, lo sé.
— No tengo miedo— me digo mientras camino a oscuras
entre las carpas. Apenas puedo ver nada.
— No tengo nada de miedo— repito cuando el rugido de
un león me hace saltar.
¡De verdad que no tengo
nada de miedo!
—
Pues no lo parece—
escucho decir a una niña.
— Deberías haber venido durante el día— repite, —
con la luz del sol, este sitio no parece tan aterrador.
— ¿Quién eres tú?— pregunto temblando.
— Eso debería preguntártelo yo a ti— replica. — Tú
eres el extraño aquí. Si te atreves ven y acércate, entonces te lo diré.
Sigo la voz hasta que me doy un golpe en la cara contra
los barrotes de una jaula.
— ¡Ups! Perdona— dice la niña, aunque a la vez se
parte de risa. — Deberías haberte dado cuenta, no está tan oscuro como para no
verlas.
Ya estoy harto y a punto de decirle algo; pero
cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad y la veo, no puedo.
Ella es la niña de la que mis amigos hablan. La que
tiene pelo por todo el cuerpo y la cara.
— Soy la niña barbuda— afirma. — Pero cuando el
espectáculo termina y decimos adiós, soy solo Eliz, casi una niña del montón.
Torpemente le digo mi nombre y le pregunto por Ben:
— Es solo un bebe; pero no es nada difícil de ver.
— ¿Él bebe gigante es tu hermano?
Asiento entusiasmado. Sabía que no me había
equivocado.
— ¡Claro que lo he visto!— exclama. — Zazel dijo que
lo encontró en la calle perdido y le prometió que el circo será su nuevo hogar,
que aquí será feliz y nadie lo tratará mal.
Entonces desvío la mirada, no porque me dé miedo su
cara.
— Pero eso no es verdad— me asegura Eliz al cogerme
de la mano. — A ninguno nos gusta estar aquí, no es un verdadero hogar.
Puedo ver
como sus lágrimas están a punto de escapar.
— Nos pasamos
el día encerrados en estas jaulas y solo salimos cuando los espectadores llegan
y se abre la carpa. Cuando termina la función volvemos aquí, todos los días son
así.
Le prometo a
Eliz que la ayudaré en cuanto encuentre a Ben; pero por algún motivo no me
cree.
— Es una promesa de meñique— insisto. —Encontraré a
Ben, luego a mis padres y volveremos con ayuda para rescatarte.
Eliz engancha mi meñique con el suyo y me explica
donde tiene Zazen atrapado a Ben.
Mientras corro se me ocurre, que quizás no ha sido
tan buena idea venir solo.
— ¿Cómo sacaré a Ben, sin
que me pille Zazel?
**************
Al entrar
escucho el inconfundible llanto de Ben. —
¡Si, es mi hermanito, es él!
Esta
encerrado en una jaula mucho más grande que las demás y ha formado un lago de lágrimas
de tanto llorar.
— ¡Ben soy
yo!— exclamo; pero no demasiado alto.
— ¿Pa, Papá?
Mi hermano
alza la mirada ilusionado.
— No, soy yo,
Adán— le corrijo. —Tu hermano mayor.
Enfadado, Ben
se da la vuelta tan rápido que forma un tornado, haciendo que me caiga al suelo
y me dé un golpazo.
— Tu no
hermano— responde. — Adán no quiere Ben.
— ¡Claro que
sí!— exclamo y si, esta vez demasiado alto. — Siento mucho lo que dije Ben, es
que…, no estoy acostumbrado a ser un hermano mayor, es mi primera vez.
Ahora Ben se
gira y me mira.
— Pero con tu
ayuda aprenderé. Nuestros papis te quieren mucho y yo también.
— No te dejes
engañar— murmura una voz a mi espalda. — Las palabras vacías no engañan.
Al darme la
vuelta, me encuentro cara a cara con Zazel. Me agarra de la camiseta y me
eleva. No siento el suelo bajo mis pies.
— ¿Contándole
mentiras a mi nueva y gran atracción?
Los llantos
de Ben se escuchan en toda la ciudad.
— No, no Ben,
no me digas que te lo vas a creer.
Zazel tiene
un brillo malvado en los ojos.
— Recuerda lo
que te dije: las familias quieren niños
normales, no a ti. Tu verdadero hogar está aquí.
— ¡Eso no es
verdad!— grito intentando escapar.
— ¿Quieres
hacerme creer que él pertenece a tu mundo?— me pregunta riendo. Ese sonido hace
que me tiemblen los huesos. — Mírale bien, Él es tan grande como una montaña,
mientras que tú…, tú eres como una pequeña araña.
— Puede que
Ben sea mucho más alto que yo— admito; — pero es mi hermano pequeño y lo quiero
de corazón.
Al fin
consigo darle una patada a Zazel y escapar.
— ¡Rompe la
jaula hermanito!— grito.
Una vez fuera
escalo hasta la espalda de Ben, juntos gateamos tras Zazel y aunque vamos muy rápido,
no podemos alcanzarlo. ¡Está a punto de escapar!
Pero entonces…
— ¡Alto, no
se mueva!— le ordena un policía atrapándolo. — No volverás a hacer ningún daño.
Al momento
aparecen nuestros papás.
— ¡Adán!
¡Ben!— gritan.
Primero me
abrazan a mí y juntos abrazamos a Ben. ¡Volvemos a ser una familia otra vez!
***********
Pronto llegan
más policías para sacar de las jaulas a todas las criaturas, los niños y niñas.
Ahora todos podrán encontrar un nuevo hogar y una familia.
— Has cumplido
tu promesa de meñique— dice Eliz sonriendo. — ¡Aunque por los pelos!
— Es cierto—
admito riendo.
De repente,
las lágrimas que tenía en el rabillo del ojo cayeron.
— ¿Qué pasa?—
pregunto.
— Nada es que…—
tartamudea, — No creo que ninguna familia vaya a quererme a mí.
— ¡Eso no es
verdad!— le aseguro y se me ocurre la mejor idea del mundo.
— Serás mi
hermana pequeña— afirmo. — Cuidaré de ti y de Ben. Todo saldrá bien.
— Deberías preguntárselo
primero a ellos— dice Eliz señalando a mis papás. — Quizás no me quieran
adoptar.
— ¡Por
supuesto que querrán— le aseguro. — Tú eso déjamelo a mí. Pa Papá son fáciles de
convencer; pero por si acaso, antes cruzaré los dedos y pediré un deseo.
Fin.
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