- ¡Mira, mira! Muy alto en el cielo hay una estrella; pero no una
cualquiera.
- ¡Mira, mira! ¿Puedes verla? ¡Está ahí! Yo sé que está ahí.
-
Espera…. Quizás no puedes verla porque esta estrella es muy
tímida. Detrás de una nube siempre está escondida.
La
pequeña estrella se queda todas las noches ahí escondida:
observando como pasan las estaciones, viendo como los pájaros viajan
hacía el Norte o escuchando como un padre canta una nana a sus
pequeños antes de irse a la cama.
Esta
estrella tiene un superpoder, que no podrías ni creer. Con este
superpoder, la estrella puede curar cualquier herida, cualquier
cicatriz y cualquier corazón.
Pero
la estrella tiene demasiado miedo, no cree en ella misma. Además,
no sabe como usar su superpoder, ni siquiera puede parar a un
monstruo con el.
- ¿Y si hago algo mal? - piensa la estrella.
- ¿Y si mis hermanos y hermanas se ríen de mi?
- ¿Y si....?
- ¿Y si....?
- ¿Y si....?
Por
culpa de esas dudas la estrella no puede ser feliz, ni mostrar su
superpoder al mundo.
Pero
una noche, la estrella oyó como una pequeña niña lloraba en la
lejanía. La pequeña estaba sentada junto a la ventana, mirando con
tristeza a las estrellas:
- Ojala que este bien.
- Ojala pudiera cantarme una nana para no tener pesadillas con monstruos debajo de la cama.
Al
mismo tiempo, en un país lejano: donde las estrellas tienen nombres
extraños y el suelo está seco y agrietado. El padre de la niña
luchaba en una guerra para liberar a personas que sufrían; pero
antes de acostarse siempre pensaba en su pequeña hija:
- Ojala pudiera estar con mi hijita.- decía su padre.
- Ojala que pueda dormir bien.
- Ojala pudiera oír como cada noche canto una nana a las estrellas pensando en ella.
La
estrella pudo oírlos a los dos, La brillante estrella pudo ver
cuanto se extrañaban el uno al otro; pero sobretodo pudo sentir
cuanto amor se tenían padre e hija.
Ese
amor hizo que la estrella sintiera mucho valor para demostrar todo
lo que podía hacer:
Quizás
esta estrella no sea capaz de cumplir tus deseos o de para a los
monstruos; pero puede hacerte soñar, soñar que tus deseos se han
echo realidad.
Así
que cuando la niña se quedó dormida, la estrella empujó con fuerza
la nube que la mantenía escondida y bajó hasta la ventana de su
dormitorio.
La
estrella empezó a brillar, esparciendo su magia en la habitación
para que la niña pudiera soñar con algo maravilloso.
Esa
noche la niña soñó que su padre estaba junto a su cama ,
contándole un cuento de hadas. Soñó que su padre la besaba en la
frente y le cantaba una nana para no tener pesadillas sobre monstruos
debajo de la cama.
Justo
después, la estrella viajó donde estaba el padre de la niña para
hacerle soñar con su pequeña hija.
Esa
misma noche, el padre soñó que estaba junto a la cama de su hija:
contándole un cuento de hadas, dándole un beso en la frente y
cantando una nana.
Y
así fue, como padre e hija estuvieron juntos en la distancia, unidos
en el mismo sueño.
Un
tiempo después, el padre de la niña volvió a casa. ¡Estaban tan
felices de estar por fin juntos!
- No importa donde esté- dijo su padre.
- No importa donde tú estés.
- Siempre tendremos nuestros sueños para escaparnos y vernos.
Así
que si estas triste ¡mira, mira, mira hacia el cielo! mira ahora
mismo y verás una nube.
¿Puedes
verla? ¡si, si que puedes! ¡si ahí está!
Entonces
no te preocupes: porque ahora sabes que detrás de esa nube siempre
habrá una estrella, un poco tímida, que velará por tus sueños, todas las noches.
FIN
Rocío Cumplido González
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