Una postal para todos

• ¡Oye Marina! ¿y tu a quién le vas a hacer una postal?
• ¿Una postal?- pregunta Marina extrañada.
• Si, si una postal- repite su amiga Carla. - ¿Es que no te acuerdas boba? ¡la semana que viene es San Valentín!- chilla Carla muy emocionada.
• ¡Oh no, no me fastidies! ¿de verdad ha pasado ya un año?- pregunta la pequeña con desanimo.

Todos los años por San Valentín, en el colegio, se celebra una fiesta de postales que los niños y niñas tienen que regalar entre sus compañeros.

• Yo se la voy a regalar a uno de mis “enamorados”- dice Carla ensimismada; pero no sé a quién elegir, porque.... ¡ya tengo cuatro novios!
• ¿Como vas a tener cuatro novios? no digas tonterías, si sólo tienes diez años.
• Y que le voy a hacer- suspira Carla.- ¡es que todos se enamoran de mi! Ains ya me estoy imaginando como se pelearán para ser el primero en darme la postal. ¿No crees que es muy romántico Marina?
• Yo lo que creo es que pasarte todas las tardes grabando la telenovela a tu madre, te ha perjudicado bastante.- ríe la niña burlándose de su amiga.

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Marina no entiende porque todas sus amigas forman tanto alboroto cuando llega el día de los enamorados. Se pasan horas en la imprenta buscando el color perfecto de la cartulina y purpurinas que van a utilizar para hacer sus postales. Y el día que se entregan; van al colegio muy bien vestidas, arregladas ¡como si fueran a una cita de verdad!

Solo hay una cosa que a Marina le encanta de San Valentín y son los bombones de chocolate. Su padre le regala a su madre todos los años una caja; pero como su madre siempre esta haciendo dieta, nunca se los come. Así que Marina y su hermana se comen los bombones en un santiamén.

Esa misma tarde, Marina se pone a trabajar en su postal; pero cuando ha pasado ya media tarde, la pequeña aún no ha dibujado nada. No sabe como la va hacer, ni siquiera a quien se la podría regalar. La pequeña tiene muchos amigos; pero ninguno es su novio. Ni siquiera sabe de que va “ese rollo” del amor.

Enfada consigo misma porque no se le ocurre nada Marina tira las cartulinas, colores y purpurinas por la ventana. Con tan mala suerte que todo cae encima de un pobre gato anaranjado que estaba paseando.

-¡MIAAAUUU!

-¡Lo siento!- Se disculpa la niña mientras el gato sale pitando sano y salvo calle abajo.

Como no sabe que hacer, Marina habla con su hermana mayor y le pregunta:-¿Hermanita que es el amor? Su hermana sorprendida por la pregunta le responde: -El amor son pequeños gestos que te llenan de alegría, por ejemplo: cuando naciste y me regalaste tu primera sonrisa.

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Muy contenta por la respuesta de su hermana, la pequeña Marina va en busca de su papá y le hace la misma pregunta:

• ¿ Papá que es el amor? Su padre, emocionado al darse cuenta que su hija se esta haciendo mayor le responde:
• El amor es estar rodeado de buenos amigos, que te apoyarán en todo lo que hagas.

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Con una gran idea en mente; Marina recoge la cartulina y demás materiales que había tirado antes y se va directa a su cuarto para crear la postal de San Valentín mas increíble que te puedas imaginar, una postal diferente a todas las demás.

La entrega de postales se hace después del recreo y cuando sus compañeros vuelven a clase, se quedan muy sorprendidos al ver que encima de la mesa de la señorita: ¡hay una super postal gigante!

Pasmados por tan increíble sorpresa, los niños se acercar para verla mejor. En esa postal están escritos: los nombres de todos los niños y niñas de la clase, de la señorita, de sus papás, su hermana, sus abuelos y muchas personas más.

Marina les explica que esa postal esta dedicada a todas las personas que quiere:

• A mi señorita por tener tanta paciencia conmigo y ayudarme a entender las matemáticas.
• A mis amigos porque me aceptan tal como soy y nunca me dejarán de lado.
• A mi papá, mi mamá y mi hermana por cuidarme y aconsejarme.
• Y a esas personas que se fueron lejos o están en el cielo. Siempre los querré y recordaré en mis sueños.

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Todos aplauden a Marina por haber tenido una idea tan original y pegan la postal en la pared de la clase, para que se quede siempre ahí. Así cuando un niño o niña la vea, verá que hay que muchas personas a las que podemos querer: a la familia, a los amigos y a todos los que sean buenos contigo.

FIN

Rocío Cumplido González